La Santísima Virgen de la Estrella esperaba los besos de sus hijos y la celebración de los cultos en la Fiesta de la Presentación en el Templo vestida con el traje de tisú y el manto rojo, además del conjunto de ráfaga, media luna y coronas del orfebre Palomino. Llevaba, completando la iconografía propia de esta fiesta de la Candelaria una vela decorada con rosas de pitiminí y eucalipto. Por su parte, el Divino Niño Jesús luce el batón de cristianar.

El camarín se encontraba sellado por un repostero cedido por D. Jesús Castizo Ramírez, mientras que el altar mayor llevaba unas flores de talco realizadas por D. Andrés Martín Angulo y donadas por nuestro Hermano Mayor. El exorno floral del besamanos se componía de rosas de Ecuador, lisianthus, eucalipto cinerea y statice.